Un autobús; un paisaje; dos pasajeras en los asientos anteriores al mío.
Ambas, absortas, leen. ¿Cómo lo sé? El reflejo de una en el cristal y el libro de la otra por entre la rendija que separa los asientos.
La tentación de lo imposible: ¿Leer uno con el espejo del mundo? ¿Atisbar el otro por entre la rendija? ¿Leer ambos, bizquear?
Tal vez lo mejor sea contemplar a través de la ventana.
¡... Ahhh! Mullidas nubes de penachos blancos y azules pies descalzos.
Gaia
1 comentario:
Yo te he visto bizquear, y oye...tiene su encanto :)
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