[...] los hombres, llevados por la ola de un inusitado progreso técnico, habían soñado con Utopía, un nuevo mundo libre de preocupaciones y de penurias. Los pueblos habían comenzado a tratarse como hermanos. Ya no se necesitaba ni siquiera un visado para viajar de un país a otro. Pero, después, se comenzaron a notar de pronto las diferencias, de las que uno creía tener que protegerse a toda costa. Además, no pocos pensaron que el propio pueblo disponía de una condición natural de señorío que debía reconocerse, por la fuerza si era necesario. Al mismo tiempo, las ciudades comenzaron a desbordarse de población y se convirtieron en caldos de cultivo de la criminalidad y de la decadencia de las costumbres.
Descripción del sentir europeo
a lo largo de las tres décadas
previas a la 1ª Guerra Mundial
El Círculo del Crepúsculo: el niño del siglo
Ralf Isau
a lo largo de las tres décadas
previas a la 1ª Guerra Mundial
El Círculo del Crepúsculo: el niño del siglo
Ralf Isau
1 comentario:
Lo dicho: cuán asombroso es lo mucho que el miedo a las diferencias, a ser superados en algún aspecto por la cultura, el conocimiento o el bagaje vital de otros, o a que lo desconocido de otras personas y pueblos nos cambie, cuán asombroso es lo mucho que ese miedo puede hacer por la destrucción de nuestros sueños e ideales.
Reflexionemos, además, cuánto de esto puede extrapolarse al mundo de esta primera década del siglo XXI...
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