domingo, febrero 17, 2008

Obertura 1850


Esta investigación está dedicada a la memoria de una madre por su hijo menor. Ella lo educó por sus propios medios mientras dirigía una fábrica. Lo instruyó con el ejemplo, lo corrigió con amor y, para hacer que se dedicara a la ciencia, dejó Siberia con él gastando sus últimos recursos y fuerzas. En su lecho de muerte, ella le dijo: Refrena las quimeras, insiste en el trabajo y no en las palabras, busca pacientemente las verdades científica y divina. Ella comprendió que los métodos dialécticos engañan muy a menudo; cuánto queda por aprender y cómo, con la ayuda de la ciencia sin la violencia, con amor pero con firmeza, se eliminan toda superstición, mentira y error, porque la ciencia conlleva la certeza de verdades aún no descubiertas, libertad de futuros desarrollos, bienestar general y felicidad íntima. Dmitri Mendeléiev considera sagradas las palabras de su madre moribunda.


Dmitri Mendeléiev
Dedicatoria de su libro Soluciones
(Soluciones como mezcla en Química)

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