Inquieto estoy y sediento de cosas lejanas, y el alma se me abre en un anhelo de llegar al fin de las remotas vaguedades. Y tu flauta me llama penetrante, ¡oh, más allá sin nombre!, y yo me olvido de que estoy sin alas, preso en esta cárcel para siempre.
Rabindranath Tagore
El jardinero
El jardinero
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