Estar plenamente despierto es la condición para no aburrirnos o aburrir a los demás. [...] Ser activo en el pensamiento, en el sentimiento, con los ojos y los oídos, durante todo el día, evitar la pereza interior (sea que ésta signifique mantenerse receptivo, acumular o meramente perder el tiempo) es condición indispensable para la práctica del arte de amar. Es una ilusión creer que se puede dividir la vida en forma tal que uno sea productivo en la esfera del amor e improductivo en las demás. La productividad no permite una división tal del trabajo. La capacidad de amar exige un estado de intensidad, de estar despierto, de acrecentar vitalidad, que sólo puede ser el resultado de una orientación productiva y activa en muchas otras esferas de la vida.
Erich Fromm, psicólogo
El arte de amar
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