"Pienso, luego existo". Sentencia de sobra conocida y sesudamente desgranada por cada uno cuando por primera vez hemos topado con en ella. La trascendencia cultural de esta frase radica precisamente en su aportación a la preguta por la existencia.
Mas, sutilmente y sin mucha innovación, simplemente reenfocando el paradigma o no pasando por el alto el hecho de la percepción, se le puede dar la vuelta para abordar en este caso el tema de la consciencia: "Porque soy consciente, sé que existo" o "Porque soy consciente de que pienso, sé que existo".
Puesto de forma esquemática, la afirmación de Descartes puede exponerse como:
Si pienso => existo . [a]
La segunda sentencia sería más bien:
Si soy_consciente => pienso , [b]
o, aplicando las reglas de la lógica formal para invertir lo anterior,
Si NO(pienso) => NO(_soyconsciente), [c]
o también
Si pienso NO_NECESARIAMENTE(=>) soy_consciente . [d]
Sé que hasta aquí el razonamiento resulta meridianamente claro y no descubre nada novedoso, simplemente reenfoca una frase clave y resume una idea que no ha alumbrado quien esto firma. Sin embargo, la belleza que le encuentro y por la que escribo estas líneas radica en que, con una misma frase y tan sólo con incluir el proceso intermedio entre existir y pensar (ser consciente), podamos abordar dos temas tan trascendentales y distintos como la existencia y la consciencia. Más aún, pese a la simplicidad de la idea ("porque soy consciente, sé que pienso"), la trascendencia en computación y robótica es de suma importancia:
¿Basta con la capacidad lógica de operar o con la capacidad de seguir una serie de reglas o con tener una colección de algoritmos para pensar? No. Claramente esas capacidades bastan para "computar" o "razonar" formalmente, pero son del todo insuficientes para el proceso más amplio y global que se denominar "pensar", el cual implica analizar los cómputos, integrarlos con la experiencia (la del entorno y la de lo psicológico), contextualizar los cómputos con la estadística o descontextualizarlos si son cálculos probabilísticos,... Es decir, pensar requiere una acción activa más allá del uso de reglas e, incluso dada la facultad de pensar, no se obtiene garantía de consciencia.
¿En qué radica pues la consciencia? ¿Dónde nace? Parece claro que es necesaria la facultad de pensar para ser consciente ([c]), pero si se puede pensar sin ser consciente ([d]), ¿qué marca la diferencia? ¿Qué proceso fisiológico o físico-químico la marca? ¿Qué mecanismo psicológico? ¿Cómo afecta ese límite a los distintos reinos de los seres vivos y cómo afectará a la inteligencia artificial? El debate está servido.
Gaia
4 comentarios:
Mmmhh...
No estoy de acuerdo con tu respuesta a la primera pregunta de tu penúltimo párrafo: «¿Basta con la capacidad lógica de operar o con la capacidad de seguir una serie de reglas o con tener una colección de algoritmos para pensar? No.» ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo sabes que llegar a pensar como tal o a ser consciente no es sólo una cuestión de un conjunto de reglas lo suficientemente complejo? ¿Qué hay en el pensamiento que _realmente_ sepamos que no proviene de extremadamente complicadas y entrelazadas, pero básicas, reglas lógicas, es decir, que no se puede programar?
Que hasta ahora no hayamos sido capaces de hacerlo no quiere decir que esté completamente fuera del alcance de los medios actuales: para el primer avión no hizo falta nueva física, sólo creatividad ingenieril. Quizá lo que nos hace falta para esto no sea una totalmente desconocida forma de implementación, sino que valga más maña que fuerza.
«¿En qué radica pues la consciencia? ¿Dónde nace?» Pues para entender eso un poco mejor, y para ver por qué pienso como lo he expresado arriba, quizá sea pronto hora de coger de tu estantería "Gödel, Escher, Bach" ;)
D.
PD.: La [d] yo la habría puesto como NO(pienso=>soy_consciente)
PD2.: Tu captcha dice "cuffleta" :)
Por alguna razón he dado con tu blog, y me ha gustado.
Así que... Hola!
Para mi la diferencia pricipal en lo que queda definido como razonamiento lógico, que puede ser identificado con la computación y la consciencia que los seres vivos alcanzan en mayor o menor medida, siendo (aunque a veces no lo parezca) el culmen de esta el ser humano, es la creatividad en el pensamiento.
Un ser computacional no puede crear nada que no haya sido prediseñado para crear y por lo tanto no tiene consciencia de su existencia si no le es descrita por otros. Aquí esta la verdadera diferencia.
un abrazo
@Sostrato:
"Un ser computacional no puede crear nada que no haya sido prediseñado para crear"
Ahí te equivocas, o más bien no tienes en cuenta una cosa: no se pueden predecir completamente las consecuencias del "diseño", hay propiedades emergentes, que bien pueden dar lugar a la creatividad.
D.
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