La especie más noble de la belleza es aquella que no arrebata de repente, que no hace ataques intempestuosos y embriagadores, sino que se filtra despacio, que le lleva a uno consigo, casi sin ser advertida, y que le vuelve a salir al encuetro en un sueño, pero que, al final, después de haberse posado largamente en nuestro corazón con sencillez, toma completa posesión de nosotros y llena nuestro corazón de lágrimas y anhelo.
Friedrich Nietzsche
El nacimiento de la tragedia
Friedrich Nietzsche
El nacimiento de la tragedia
3 comentarios:
¿Habla de la belleza o del amor?
¿Hay belleza sin amor ni comprensión del que contempla? ¿Hay amor sin belleza de lo amado?
«¿Hay belleza sin amor ni comprensión del que contempla?»
Sí la hay, en mi opinión. La diferencia entre ambos conceptos está en que la belleza es, en general, contemplación, y el amor es, en general, acción (ahí tiro más por Fromm). Pero la relación es bien íntima: esa especie más noble de la belleza que se filtra como agua por los recovecos el alma para llenar su fuente, es la semilla del amor. ¿Cómo? Pues provocando la acción de éste último gracias al anhelo con el que nos llena esa belleza noble. Entonces, se puede contemplar la belleza más noble y no amar? Sí, pero pagando el precio del anhelo profundo y eterno.
León el Conquistador (que, por alguna razón, estaba revisando viejos correos y encontró esto)
PD.: Añádase, tras la última mención al anhelo, el calificativo «insatisfecho».
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